
Lunes 24 de julio de 2017
Lunes 24 de julio de 2017
Hablarle a las mascotas no solo estimula el vínculo con ellas sino también, asegura una mente sana y saludable.
Una pregunta: ¿hablas con su gato, su perro o su canario?, ¿conversas con las plantas de la terraza mientras las riega, todas las mañanas? Si es así, debe sabe que los científicos relacionan esta conducta con una inteligencia especial.
A este proceso de humanización de los animales se lo conoce como antropomorfismo y se le asocia también con plantas e incluso con objetos.
Nicholas Epley, profesor de ciencias del comportamiento en la Universidad de Chicago y posiblemente el principal experto en antropomorfismo del mundo, asegura que existen tres razones primitivas por las cuales se tiende a antropomorfizar un objeto determinado: la tenencia de rostro, la necesidad de amistad y empatía o bien la incapacidad de explicar comportamientos impredecibles.
Al comprender cómo funciona cada uno de estos disparadores, es posible entender por qué esta tendencia es esencial para la inteligencia y supervivencia humana. Históricamente, la antropomorfización ha sido tratada como un signo de infantilidad o estupidez, pero en realidad es un subproducto natural de la tendencia que hace que los seres humanos sean inteligentes en este planeta.
No hay otra especie que tenga esta tendencia, y se relaciona con tener una cognición social activa e inteligente y un cerebro que está programado para ver y percibir las mentes, según detallan los expertos. De hecho, hablarle a las mascotas no solo estimula el vínculo con ellas sino también, asegura una mente sana y saludable.