
Viernes 14 de julio de 2017
Viernes 14 de julio de 2017
Usar la literatura como terapia ya tiene un nombre.
Ya sabemos que la literatura tiene la capacidad de transportarte a otros mundos, de sanar u olvidar como remedio para todo o para casi todo.
Si tu historia personal es un caos que no sabes hacia a dónde se dirige, la literatura, en cambio, siempre pone en orden a las existencias de sus personajes. Usar la literatura como terapia tiene un nombre: Biblioterapia.
Ella Berthoud y Susan Elderkin son las creadoras del concepto y recomiendan una serie de libros para enfrentar cada bache de la vida, que ojo, no son de autoayuda sino autores clásicos y contemporáneos recopilados en su "Manual de remedios literarios. Cómo curarnos con libros". Así, para cada dolencia del cuerpo y el espíritu ellas prescriben un texto literario:
Estrés: "El hombre que plantaba árboles" (Jean Giono, 1953) aporta serenidad: es la historia de un pastor que vive en una casa de piedra en una zona despoblada de Francia en la que apenas tiene posesiones.
Complejos: "El perfume: historia de un asesino", de Patrick Süskind, narra la historia de Jean-Baptiste Grenouille, el mejor elaborador de perfumes de todos los tiempos.
Ruptura: "Alta fidelidad" de Nick Hornby, cuenta la historia de Rob, quien rompe con su novia y para lograr entender la causa de su fracaso rememora las cinco separaciones de su vida.
Miedo a la muerte: "Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, 1967, nos da una idea del ciclo de la vida, el constante nacimiento y muerte.
Pereza: "El Principito" aporta motivación.
Apetito sexual: Si perdiste el apetito sexual, una dosis del escritor peruano Mario Vargas Llosa es la solución. Aseguran que la novela erótica "Elogio de la madrastra" (1988) te inspirará a reavivar los deseos sexuales.