Viernes 6 de mayo de 2016

Corría el año 2006 y era una de las figuras Ñublense. Su nombre es Chase Hilgenbrinck, es estadounidense, y a su calidad futbolera le sumó una faceta que no ha dejado a nadie indiferente: la del sacerdocio.
Y es que al enterarse que su padre padecía de cáncer, dice haber sentido el llamado del señor. Así fue que abandonó el campo de juego y se entregó a la sotana para oficiar su primera misa este sábado a las 20:00 horas en la Capilla Santa Ana de Chillán, la misma a la que acudía cuando era laico, ¿qué tal?
A horas de su primera misa en la ciudad, diversos medios -al igual que nosotros- han querido destacar su atractivo físico, el mismo por el que varias hinchas del club deportivo de derriten.
Lástima que Chase no podrá ser más que un amor platónico y por siempre, recordado como un destacado deportista.