Jueves 14 de abril de 2016

Si eres de los que opta por salir a correr con su perro, te dejamos 5 consejos para que ese acompañante tan especial no sufra las consecuencias de una práctica que puede sumar beneficios para ambos.
Hay algunos que por nada se vuelcan a una disciplina o actividad deportiva, mientras otros más entusiastas, aunque sea a punta de recompensas, logran convencer a sus amigos, parejas o familiares para olvidarse del frío y responder al sano hábito de ejercitar cuerpo y mente.
Este artículo va justamente dirigido a quienes optan por compartir la práctica deportiva, especialmente, con ese compañero que popularmente conocemos como el mejor amigo del hombre: con su perro. Haz la prueba y sal cualquier domingo a una de las arterias principales de Santiago que hasta las 14:00 horas están cerradas y habilitadas para los muy y no tan deportistas. Cada vez son más las personas que asumen el desafío de integrar a sus perros en este hábito, lo que, según un estudio de la Universidad de Michigan, puede aumentar en un 34% sus probabilidades de abandonar la cuestionada vida sedentaria, porque pueden llegar a practicar 150 minutos más de actividad física que las personas que no salen con su perro, al punto que pueden hacer más por nosotros que una cinta de correr.
Y como no es llegar y con arnés puesto sacarlos a correr, es importante tener el cuenta una serie de cuidados.
1. Esperar que alcance su tamaño máximo
El ejercicio excesivo puede dañar las articulaciones de un animal en pleno desarrollo. En los perros de razas pequeñas, seis meses es un plazo razonable, mientras que en razas grandes, 10 o 12 meses.
2. No corras con él al sol
A diferencia nuestra, ellos no transpiran por lo que su capacidad de termoregularización es menos efectiva. Cuando los termómetros superen los 20°C, es esencial en la ruta tomar un descanso y darles agua luego de que se tranquilice y recupere su ritmo cardíaco normal.
3. El arnés indicado
Ese que ocupas para sacarlo a pasear, no es el recomendable, ya que te incomodará a ti y a él. La idea es usar uno ergonómico que no limite los movimientos de tu perro, con una correa flexible y que puedes ajustar a tu cintura cual cinturón.
4. Cuida sus almohadas plantares
Correr sobre una superficie muy dura o rasposa, puede dañar sus almohadas plantares. Evita irritaciones e incluso infecciones lavándolas con jabón y secándolas cuidadosamente.
5. Entrenamiento gradual
Al igual que los humanos, los perros necesitan tiempo para adaptarse a una rutina y aunque naturalmente tengan mayor habilidad para correr, debemos preocuparnos de administrar correctamente el tiempo y distancia de cada salida.
Fuente: www.huffingtonpost.es