Miércoles 27 de enero de 2016

¿Te sientes más aliviado luego de decir una grosería? Claro, porque decir garabatos tiene un efecto analgésico y, claramente, estas palabras ya están integradas en nuestro vocabulario.
Si es un hábito que no has logrado o querido cambiar, no te preocupes. Según la ciencia decir garabatos te hace más feliz. Y es que decir groserías te hace sentir más fuerte, ya que cuando maldices, aumenta tu confianza, restándole importancia a nuestras debilidades. Además es un gran mecanismo de defensa y te hace ser más honesto y abierto.
Hay casos en que las palabras no son suficientes para transmitir lo que estás pensando y las groserías te ayudan a darle peso a lo que quieres decir.