
Lunes 20 de agosto de 2018
Lunes 20 de agosto de 2018
La artista solo tenía un propósito: otorgarle todo el protagonismo a la novia.
Sabemos que en una boda la única y gran protagonista es la novia, y bueno, el novio también. Pero el código mundial es que ninguna puede ir más arreglada o llamativa que la reina de la noche. Eso lo sabe muy bien Rihanna.
Es que el pasado fin de semana, la diva asistió a la boda de su amiga de la infancia, Sonita Alexander, en Barbados y logró camuflarse entre los invitados, a pesar de ejercer como dama de honor. Para ello, renunció a la alta costura y se enfundó un vestido de color azul Klein a juego con el resto de amigas íntimas de la novia.
Además, optó por el mismo maquillaje que las demás ¡Una amiga de verdad! Sea como sea, la cantante celebró y disfrutó de la fiesta como una más porque ese día, poco importaba que Rihanna fuese una estrella internacional. Lo único que la delató fue su larga melena que colgaba radiante.
Un día antes, RiRi también celebró la despedida de soltera de su amiga, vistiéndose como el resto de las chicas, con una bata de raso color champagne. Y es que bueno, no debe ser fácil ser Rihanna y no llamar la atención, por eso todos los méritos para ella.